Anthyllis terniflora - WEB_BIOCON

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Anthyllis terniflora (Lag.) Pau
 
Albaida Fina (Fam. Leguminosas)
 
 
Breve Descripción
Mata o arbusto robusto, perennifolio -si bien puede dejar marchitar sus hojas en la estación seca-, de hasta un metro de altura, dotada en sus ramas jóvenes de una pilosidad de aspecto similar a la seda (serícea). Las hojas se componen de una sola hojuela -excepcionalmente por tres-, de 12-25(30) × 2-4,5 mm, linear-lanceolada, con poca pilosidad. Las flores se disponen en grupos de 2-4 (raramente hay flores solitarias) en fascículos que, a su vez, se dispone a modo de espiga de unos 20 cm. Las flores son de 6-8 cm, con la típica disposición floral papilionácea. Los pétalos son amarillos, el mayor de los cuales (estandarte) mide 3,5 x 3,5 mm aprox. Posee 10 estambres. El fruto es una legumbre de 2,5–3 x c. 1,5 mm, obovoide, incluida dentro de los restos del cáliz, fuertemente rugosa y carente de pelo. Semillas de 1,5 mm aprox., algo arriñonadas y lisas1,2,3.
 
La floración ocurre de abril a junio, aunque en ocasiones, puede adelantarse a marzo y/o atrasarse, incluso, a diciembre2

Distribución
Iberomagrebí: Sur y Este ibérico1, así como Rif Oriental (montes Kebdana en Oulad El Hadj)4.
A la Izquierda, distribución, por países, de Anthyllis terniflora según Euro+Med5; a la derecha, la distribución en la Península Ibérica de acuerdo con Flora iberica1
 
Ecología
Matorrales sobre margas y sustratos neógeno–cuaternarios de zonas aridas, ocasionalmente en yesos y arenas1,2; entre el nivel del mar y los 600 m.s.n.m., en el piso termomediterráneo2. Fitosociológicamente, caracteriza y da nombre a los matorrales, basófilos heliófilos del Sureste Ibérico de Anthyllidetalia terniflorae6.
 
Al contrario que su congénere A. cytisoides, no suele formar comunidades de gran extensión, donde sea la planta dominante. No obstante, tienen un efecto beneficioso para los suelos donde se establece, por la capacidad de la especie para fijar nitrógeno atmosférico, a través de su simbiosis con bacterias de género de Rhizobium, especialmente en suelos pobres7. Aunque no se disponen de datos de esta especie en concreto, se han descrito simbiosis de otras especies del género Anthyllis (incluyendo su congénere A. cytisoides, con el que se hibrida) con determinados hongos con los que forma micorrizas arbusculares8; por lo que es muy probable que establezca este tipo de simbiosis, que permite una mayor absorción de nutrientes edáficos, especialmente el fósforo que -al menos en formas disponibles- es escaso en los suelos gípsicos. Puede sufrir los ataques de las fanerógamas parásitas Orobanche mutelii F. W. Schultz y O. cernua L.2
 
Al igual que su mencionado congénere tiene la capacidad de dejar marchitar sus hojas en épocas de sequía (caducifolio estival, erróneamente llamados malacófilo), lo que es muy idóneo en el clima mediterráneo, marcado por la irregularidad de sus precipitaciones, intra- y extra-anualmente, especialmente en un medio tan árido como una yesera9.
Conservación
Desde un punto de vista legal, está considerado taxón de interés especial (IE) en Castilla-La Mancha; fuera de dicha mención no figura en ningún libro rojo o listado de protección10. En Andalucía Oriental se considera en la menor de categorías de riesgo que puede tener un taxón evaluado: Preocupación Menor (LC)2.
 

Otros datos de Interés
 
Puede confundirse fácilmente con su congénere A. cytisoides L., del que se distingue por tener las ramas jóvenes con una pilosidad semejantes a la seda (seríceas); hojas medias con una sola hojuela, por excepción con tres hojuelas; flores de 6–8 mm; cáliz de 4–5 mm, con pilosidad adpresa (aplicada o “amorrada” sobre el tallo u órgano en el que nacen). Por el contrario, A. cytisoides tiene las ramas jóvenes vilosas en la parte superior y con pilosidad crespa (pelos ensortijados sobre la superficie en la que nacen) en la base; hojas medias con tres hojuelas, por excepción con un solo; flores de 9–12(14) mm; cáliz de (5)6–8 mm, viloso1.
 
Al convivir juntas ambas especies, la situación se complica aún más, pues se hibridan, dando lugar al taxón híbrido A. × media Pau. El híbrido se caracteriza por tener flores intermedias, hojas como en A. terniflora (excepto en el tipo de pelos) y la pilosidad de la base es más crespada (no serícea)1.
 
Es una planta importante desde el punto de vista forrajero y es una especie muy vinculada a la práctica pascícola, especialmente para caprinos11. Es muy apreciada como planta melífera12. Otros usos que se le han dado son como combustible (leña) y cestería con sus ramas13. En la comarca de Cabo de Gata-Níjar se le atribuye el ser antiodontálgica (paliadora del dolor de dientes), antitusiva (combate la tos) y vulneraria (sanadora de heridas)14. Esta última cualidad es la más plausible, dado el parentesco de esta especie con Anthyllis vulneraria, que posee dicha propiedad tan acreditada que la refleja en su nombre15.

Referencias
1.     Castroviejo S. (coord.). 1986–2019. Flora iberica, 1–18 y 20–21. Real Jardín Botánico de Madrid. C.S.I.C. Madrid, España.
 
2.     Blanca G., Cabezudo B., Cueto M., Morales Torres C. & Salazar C. (eds.). 2011. Flora Vascular de Andalucía Oriental, 2ª ed. Universidades de Almería, Granada, Jaén y Málaga, Granada. España.
 
3.     Font Quer P. 1953 [ed. 2000]. Diccionario de botánica. Ed. Península. Barcelona. Disponible en: http://jolube.wordpress.com/2010/05/12/diccionario-botanica-font-quer-en-pdf/
 
4.     Fennane M. & Ibn Tatou M. et al. 1999-2014. Flore Pratique du Maroc 1-3. Travaux de l'Institut Scientifique, Série Botanique, n° 36, 38 et 40. Rabat.
 
5.     Euro+Med (2006-2020): Euro+Med PlantBase - the information resource for Euro-Mediterranean plant diversity. Accedido en http://ww2.bgbm.org/EuroPlusMed/ el 16/09/2020.
 
6.     Rivas-Martínez S., Díaz T. E., Fernández-González F., Izco J., Loidi J., Lousã M. & Penas, A. 2002. Vascular plant communities of Spain and Portugal addenda to the syntaxonomical checklist of 2001 part II. Itinera Geobotanica 15(2): 433-922.
 
7.     Werner G. D. A., Cornwell W. K., Cornelissen J. H. C. & Kiers E.T. 2015. Evolutionary signals of symbiotic persistence in the legume–rhizobia mutualism. PNAS 112 (33): 10262–10269.
 
8.     Wang B. & Qiu Y.-L. 2006. Phylogenetic distribution and evolution of mycorrhizas in land plants. Mycorrhiza 16: 299–363.
 
9.     Pérez-García F. J., Akhani H., Parsons R. F., Silcock J. L., Kurt L., Özdeniz E., Spampinato G., Musarella C. M., Salmerón-Sánchez E., Sola F., Merlo M. E., Martínez-Hernández F., Mendoza-Fernández A. J., Garrido-Becerra J. A. & Mota J. F. 2018. Preliminary inventory of the gypsum flora of the Palaearctic and Australian areas. Mediterranean Botany 39(1): 35-49. https://doi.org/10.5209/MBOT.59428 49
 
10.  PHYTEIA. 2008-2019. Sistema de Información de la Flora Protegida y Amenazada de España. Accedido, el 16/09/2020, de: www.phyteia.es.
 
11.  Robles A. B. 1990. Evaluación de la oferta forrajera y capacidad sustentadora de un agroecosistema semiárido del S.E. Ibérico. Tesis doctoral, Universidad de Granada.
 
12.  Ortega Sada J. L. 1986. Flora de interés apícola y polinización de cultivos. Ed. Mundi-Prensa. Madrid.
 
13.  Rivera y Obón C. 1991. Guía de INCAFO de plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares, excluidas medicinales. INCAFO. Madrid.
 
14.  Martínez-Lirola M. J. 1993. Investigaciones etnobotánicas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Nijar (Almería). Memoria presentada para optar al grado de licenciatura. Universidad de Granada, Granada.
 
15. Font Quer P. 1962. Plantas medicinales: el Dioscórides renovado. Labor, Barcelona, España.
 
 
 
 
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