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Artemisia barrelieri Besser
 
Tomillo Negro (Fam. Compuestas)
Breve Descripción
Mata o arbusto robusto, perennifolio, de 30-60 cm, fuertemente olorosa -por sus aceites esenciales-, grisácea o una combinación entre blanco y pelos dispuestos como en una telaraña. Las hojas medias son 1,4–2(2,2) cm, en disposición alterna, formando fascículos axilares, divididas en segmentos, tan profundamente que segmento alcanza el nervio medio de las hojas; dotadas de un rabito (peciolo); con segmentos de (0,2)0,3–0,6 mm de anchura, lineares, obtusos. Las flores tienen la típica disposición de la familia de las Compuestas: agrupadas en capítulos que aparentan ser una única flor, -pero es una inflorescencia (sistema de ramificación deonde se disponen las flores) “compuesta” por varias flores (si bien en este caso no son muy vistosas, ya que en esta especie la polinización es por el viento y no por insectos). Los capítulos son discoideos, numerosos, ovoideos o con forma de campana. El conjunto de brácteas (órganos similarares a las hojas, ubicado en las proximidades de las flores y que es distinto en forma, tamaño, consistencia, etc.) que rodean o envuelven las flores (involucros) son de 2–3 x 1,5–2 mm; formados por varias filas de brácteas amarillentas. Las flores son flosculosas (con corolas de cinco pétalos soldados, formando un tubo y, generalmente, con simetría radial), en bajo número, de 4 a 7 por capítulo, amarillentas o color óxido de hierro, con 5 estambres. El fruto es un aquenio sin vilano (restos del cáliz que aparecen como pelos adheridos al aquenio y ayuda a su dispersión por el viento)1,2,3.
 
Florece de marzo a mayo2.
 
Distribución
Península ibérica y Marruecos. En Europa se distribuye por el Sur y Sureste peninsular y zona meridional de la cuenca del Ebro1. En África, parece que se sitúa en las zonas sitas al norte del Alto Atlas, si bien se comenta “répartition à préciser”4.
Distribución, por países, de Artemisia barrelieri (izda)5 y la distribución española del taxón (dcha)1
 
Ecología
Habita en matorrales y herbazales halonitrófilos de márgenes de caminos, campos abandonados y taludes, en suelos pedregosos y calizos de lugares secos y soleados; entre los 30 y 1000 m.s.n.m., en los pisos tero- y mesomediterráneo2. Desde el punto de vista fitosociológico, caracteriza los matorrales halonitrófilos del Sureste Ibérico semiárido de la alianza Atriplici glaucae-Hammadion articulatae6.
 
Las especies del género Artemisia contienen glucósidos tóxicos y actúa -al menos en humanos- como depresor del sistema nervioso central7, lo cual podría interpretarse en términos de mecanismo anti-herbivoría. Aunque no se disponen de datos de esta especie en concreto, si se han descrito simbiosis de otras especies del género Artemisia con determinados hongos con los que forma micorrizas arbusculares8. Este tipo de simbiosis permite una mayor absorción de nutrientes edáficos, especialmente el fósforo, que es escaso en los suelos gípsicos, al menos en formas disponibles.

Conservación
Esta especie figuró en el primer catalogo nacional de 1984 como taxón Casi Amenazado (NT). Dada su amplia distribución y abundancia, no ha vuelto a ser incluido en listado o legislación alguna9. En el contexto de Andalucía Oriental es considerada como una especie de Preocupación Menor (LC)2.

Otros datos de Interés
Debido a su fuerte olor, por su contenido en aceites esenciales, algo común en la mayoría de las especies del género, se ha usado como planta aromática10 y ornamental7. En la comarca de Cabo de Gata-Nijar se le atribuye el servir como protector gástrico, contrarrestar indigestiones, servir de depurativo para trastorno sanguíneos y paliar la diabetes (disminuyendo la glucosa en sangre)10. Un análisis de su aceite esencial mostró la presencia de eudesmanólidos con propiedades antiinflamatorias11 (Zafra-Polo y Blazquez 1991). Está estrechamente emparentada con Artemisia herba-alba, planta de reconocida eficacia contra las lombrices intestinales12. Otra congénere, Artemisia absinthium, popularmente conocida como “ajenjo” es el aromatizante de la bebida llamada absenta7.
 
La aplicación más notable de otra especie de este género es la de Artemisia annua, tras la que hay una interesante historia de más dos milenios. Una de las enfermedades más letales que afectan a la humanidad es la malaria o paludismo, que anualmente mata 400.000 personas. Esta enfermedad está causada por cinco especies del género Plasmodium. Este parásito es un organismo unicelular y eucariota (en la célula hay mitocondrias y el material genético agrupado en un núcleo), es decir, lo que antiguamente se llamaba un protozoo. Plasmodium se trasmite por la picadura de las hembras de mosquitos de los géneros Anopheles y Aedes. La letalidad de la enfermedad depende de la especie que trátela cause, siendo las más graves las originadas por Plasmodium vivax y, sobre todo, P. falciparum. El principal problema en la lucha antipalúdica es que las diferentes substancias que mostraron eficacia para prevenir o curar la enfermedad (la quinina, la atabarina, etc.) acaban siendo ineficaces por la aparición de cepas de Plasmodium resistentes a la substancia. En 1967 un grupo de médicos chinos recibió el encargo (con el rimbombante nombre de “Proyecto 523”) de encontrar un remedio contra la malaria. Tres años después, un miembro del equipo, Zhou Yiquin reparó en un libro de medicina, de 2.200 años de antigüedad, llamado 52 recetas, donde se señala a un arbusto (que posteriormente sería catalogado con el nombre científico de Artemisia annua) como base de un preparado antipalúdico. Los estudios de la médica y farmacéutica química Tu Youyou sobre las esencias de esta planta, permitieron descubrir y aislar, en 1972, el principio activo, al que llamó artemisinina. Esto permitió el desarrollo de fármacos basados en este compuesto. Por estos logros, Tu Youyou fue galardonada con el premio nobel de medicina de 2015.
 
(La “cara B” de este gran logro de la humanidad es que el Proyecto 523 era de naturaleza militar, encargado por el líder chino Mao, para paliar la malaria que se cebaba con los soldados de Vietnam del Norte y los milicianos del Vietcong -la idea de que solo soldados estadounidenses sufrían las penalidades, propias de combatir en una jungla infecta, es un mito hollywoodiense-. Así, consiguió su objetivo en las ultimísimas fases de la guerra. Dado el contexto de “guerra fría”, Mao y las posteriores autoridades chinas solo compartieron el descubrimiento con países ideológicamente próximos. El levantamiento del secreto, y en consecuencia, el acceso universal a este fármaco, se produjo en 1994. Así pues, la artemisinina -al igual que el radar, los aviones a reacción, internet, el GPS, etc.- es un invento surgido en el calor de una guerra, real o potencial).
 
Pero, como dijo Winston Churchill, “el éxito no es definitivo” y en 2008 aparecieron las primeras cepas de Plasmodium que eran resistentes a la artemisinina (hay quien achaca el problema a la existencia de “cepas hipocondriacas” de Homo sapiens). Actualmente, los antipalúdicos eficaces constan de varios principios activos unidos a un núcleo de artemisinina. La combinación de varios compuestos que atacan al patógeno de varias formas diferentes, dificulta que éste mute para ser resistente a todos a la vez. Lo cual tiene un inconveniente: es carísimo. Estas pastillas son las que consumen los turistas de de países ricos (especialmente los mochileros, que se acercan a zonas pantanosas), que visitan los países con malaria endémica, por un tiempo limitado. Para los naturales de tales países, no hay remedios asequibles13.

Referencias
 
1.     Castroviejo S. (coord.). 1986–2019. Flora iberica, 1–18 y 20–21. Real Jardín Botánico de Madrid. C.S.I.C. Madrid, España.
 
2.     Blanca G., Cabezudo B., Cueto M., Morales Torres C., Salazar C. (eds.). 2011. Flora Vascular de Andalucía Oriental, 2ª ed. Universidades de Almería, Granada, Jaén y Málaga, Granada. España.
 
3.     Font Quer P. 1953 [ed. 2000]. Diccionario de botánica. Ed. Península. Barcelona. Disponible en: http://jolube.wordpress.com/2010/05/12/diccionario-botanica-font-quer-en-pdf/
 
4.     Fennane M. & Ibn Tatou M. et al.. 1999-2014. Flore Pratique du Maroc 1-3. Travaux de l'Institut Scientifique, Série Botanique, n° 36, 38 et 40. Rabat.
 
5.     Euro+Med (2006-2019). Euro+Med PlantBase - the information resource for Euro-Mediterranean plant diversity. Accedido en http://ww2.bgbm.org/EuroPlusMed/ el 16/09/2020.
 
6.     Rivas-Martínez S., Díaz T. E., Fernández-González F., Izco J., Loidi J., Lousã M. & Penas, A. 2002. Vascular plant communities of Spain and Portugal addenda to the syntaxonomical checklist of 2001 part II. Itinera Geobotanica 15(2): 433-922.
 
7.     Rivera D. & Obón C. 1991. Guía de Incafo de plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares, excluidas medicinales. INCAFO. Madrid.
 
8.     Wang B. & Qiu Y.-L. 2006. Phylogenetic distribution and evolution of mycorrhizas in land plants. Mycorrhiza 16: 299–363.
 
9.     PHYTEIA. 2008-2019. Sistema de Información de la Flora Protegida y Amenazada de España. Accedido de www.phyteia.es el 16/09/2020.
 
10.  Martínez-Lirola M. J. 1993. Investigaciones etnobotánicas en el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar (Almería). Memoria presentada para optar al grado de licenciatura. Universidad de Granada. Granada, España.
 
11.  Zafra-Polo M.C. & Blazquez M.A. 1991. Antiinflammatory activity of Sesquiterpene lactones from Artemisia barrelieri in rats. Phytotherapy Research 5: 91-93
 
12.  Font Quer P. 1962. Plantas medicinales: el Dioscórides renovado. Labor, Barcelona, España.
 
13.  Winegard T. 2019. The Mosquito: A Human History of Our Deadliest Predator. Dutton imprint, Penguin Random House. Nueva York, EE. UU.
 
 
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