Se trata de matas de hojas crasas (rastreras en S. gypsicola) de hasta 30 (S. gypsicola) o 50 cm (S. sediforme). Mientras que S. gypsicola es grisácea o verde-azulada y cubierta de glándulas y papilas, y manchada de rojo, S. sediforme es grisácea, verdosa o parda y carente de pelos. Las hojas, en S. gypsicola se disponen de forma alterna y carecen de peciolo, son cilíndrico-ovoideas y están cubiertas de papilas o pelos glandulares. En S. sediforme en los tallos no floríferos se superponen mientras que en los floríferos están más dispersas; son ovado-lanceoladas a elípticas, con ápice agudo rematado por una espinita. Las flores tienen simetría radial, son hermafroditas, pentámeras (a octámeras, en S. sediforme) y se ubican sobre rabitos (pedicelos) de 0,7-4 (S. gypsicola) o 0,5-1,5 mm (S. sediforme). El cáliz está formado por 5 sépalos, de 1,5 (S. gypsicola) o 2-3 mm (S. sediforme), soldados en la base, ovales (S. gypsicola) o triangular-ovales (S. sediforme). La corola consta de 5 pétalos, de 0,5-3,5 (S. gypsicola) o 3,4-9 mm, libres, lanceolados, blancos o teñidos de rosa (S. gypsicola) o amarillo pálido (S. sediforme). Posee 10 (S. gypsicola) o 10-18 (S. sediforme) estambres. El fruto, es un “polifolículo” (unión de varios folículos, es decir, frutos procedentes de un solo carpelo, seco y que se abre por una sutura ventral) con folículos erectos, blancuzcos (S. gypsicola) o de color castaño o amarillo pálido (S. sediforme).
La floración se produce entre marzo y agosto en S. gypsicola y entre febrero y julio en S. sediforme.
Son taxa de distribución circunmediterránea, aunque mientras S. gypsicola puede considerarse iberomagrebí, S. sediforme muestra una distribución más amplia por todo el Mediterráneo. En la Península Ibérica mientras la primera se encuentra dispersa en su porción oriental, S. sediforme está presente prácticamente por toda ella, siendo más rara en el Noroeste.