Hipólito (de Eurípides)

Traducción: A. Medina González, Ed. GREDOS. Texto Griego: TLG, Perseus.
Didaskalia:
Fue representada en el 428 a.C. La obra, realmente denominada Hipólito coronado, fue una reelaboración de otra anterior llamada Hipólito velado, que escandalizó al público por su escabrosidad (Fedra confesaba a Hipólito, cara a cara, su pasión amorosa, e Hipólito, avergonzado, se cubría la cabeza con un velo; Aristófanes en las Ranas calificó a esta Fedra de prostituta). Esta segunda versión obtuvo la victoria.

Contexto mitológico:

Fedra, delante del lecho, conversa con la nodriza; a la izquierda aparece Afrodita junto a Eros. (Crátera apuliana, ca. 350 aC., Museo Británico, Londres)

Argumento:  Fedra, hija de Minos, rey de Creta, y esposa de Teseo, rey de Atenas, trata de oponerse a su pasión por su hijastro Hipólito, fruto del matrimonio anterior de Teseo con la reina de las Amazonas Hipólita. En Trecén, ciudad del Peloponeso, donde Teseo se había autoexilado por matar a Palante, pariente suyo, su esposa Fedra ve por primera vez Hipólito, que recibía educación en esta ciudad y se enamora perdidamente de él, a consecuencia de los designios de Afrodita, quien está molesta con Hipólito porque éste no le rinde culto, sino sólo a Ártemis (es, por tanto, casto). Esta Fedra es una mujer virtuosa que trata de resistirse a su pasión, pero comunica su amor a su nodriza; ésta, a su vez, se lo cuenta con la mejor intención a Hipólito, que muestra su rechazo e indignación. Ante esta reacción, Fedra se suicida pero deja una nota donde acusa al joven de haber intentado seducirla. Cuando su marido Teseo regresa de un viaje, encuentra la nota y maldice a su hijo, que muere a manos de un prodigioso toro que Posidón hace surgir del mar

Reparto y Actores:

PERSONAJES

Coro

Cazadores compañeros de Hipólito Mujeres de Trecén

AFRODITA
HIPÓLITO
SIRVIENTE
NODRIZA
FEDRA
TESEO
MENSAJERO
 ARTEMIS

1º Ac
1º Ac
1º Ac
1º Ac
1º Ac
1º Ac
1º Ac
1º Ac

Diosa griega del amor
Hijo de Teseo e Hipólita, hijastro de Fedra
Sirvienta de Fedra
Esposa de Teseo, hija de Minos
Rey de Atenas

Diosa griega

ESCENARIO

 

Que T.

Puesta en escena:
Misma escena de la nodriza y Fedra. (Crátera apuliana, ca. 330 aC., Sciclounoff collection, Ginebra)

 

Estructura:
Prólogo (1-120) Afrodita/Hipólito/ Sirviente (Coro de cazadores).- Monólogo de Afrodita. La diosa se queja de que Hipólito no le rinde culto (15); se muestra celosa, en cambio, de que sea devoto de Ártemis (20). Cuenta su influencia sobre Fedra (25) y sus planes futuros (42). Típico prólogo expositivo del autor en los que un actor da a la audiencia toda la información necesaria. La elección de Afrodita era inevitable. Fedra está enamorada de Hipólito pero oculta su amor. La audiencia debe saber esto para comprender las siguientes escenas antes de que dicho amor sea revelado. Pero a la vez el discurso sereno de la diosa sirve de contrapunto a la posterior exposición del carácter de Hipólito. Entra en escena Hipólito (61) acompañado de los cazadores, llevando una corona en honor a Ártemis. El lirismo y la delicadeza de la secuencia es de las más sublimes y un ejemplo de poesía lírica (72). Diálogo entre Hipólito y su anciano siervo (89-108), mediante el cual se advierte con claridad el carácter excesivo del personaje, desmedido, soberbio. La hybris está cumplida, a pesar del consejo del Sirviente (107).
Párodo (121-169)
Coro.- Entonado por un coro de mujeres de Trezén. Se refiere el sufrimiento, postración y ayuno de Fedra (130), una Fedra bien distinta a la del primer Hipólito, perdidamente enamorada de su hijastro pero todavía resistiendo gracias a su noble carácter. Este personaje ocupa la primera mitad de la obra (121-731).
Episodio 1º
(175-524) Corifeo/Fedra/Nodriza.- Se inicia con un kommos y un breve canto coral (175) entre la Nodriza y Fedra, y se continúa con un diálogo (267). Fedra, destrozada por los sufrimientos, aparece en escena, enferma, postrada en una camilla, casi sin fuerzas. Se resaltan visiblemente los síntomas externos de su enfermedad. El personaje de la Nodriza rezuma una clara sabiduría popular (194). Pero a pesar de todo, Fedra se levanta (215) para ir a cazar, al monte, con tal de respirar el mismo aire que su amado, pero de nuevo la domina la vergüenza (243) y la vuelven a cubrir con un velo (esta vez es ella la "velada"). En un largo diálogo esticomímitco se va a ir revelando el nombre de Hipólito, primero con una reacción ante su nombre (309), luego de manera explícita (351), una vez que las criadas han salido de escena (336). Tras un canto del corifeo tiene lugar el agón entre Fedra y la Nodriza: La muerte es la única solución que le queda, aunque la vida, a través del personaje de la Nodriza, también impone sus razones. Fedra expone en su parlamento ideas claramente sofísticas y antisocráticas respecto al binomio conocimiento-virtud (380). El ataque al género femenino se centra en el estamento aristocrático (410). La Nodriza, una mujer experimentada y mayor, contrapone un relativismo y un sentimiento de sumisión a los dioses, en especial a Afrodita (443). Finalmente la Nodriza toma cartas en el asunto (en principio para elaborar una pócima, luego se verá cuál es su acción).
Estásimo 1º
(525-564) Coro.- El coro canta el gran poder que Eros ejerce sobre todos los seres dotados de vida. Pero no es al poder cósmico que rige la vida, sino a Eros arrebatador, "al dios devastador" (543). Es de suponer que Fedra continúa en escena.
Episodio 2º
(565-731) Corifeo/Fedra/Hipólito/Nodriza.- Fedra apostada junto a la puerta interrumpe bruscamente el canto del coro. Es un diálogo lírico de transición que encabalga perfectamente el coro anterior con la escena que comienza. Fedra oye los gritos de Hipólito contra ella y comprende que la nodriza se lo ha contado. Sólo le queda morir (600). Tiene lugar (600-668) la escena entre la nodriza e Hipólito (Fedra no es vista). Hipólito responde a la Nodriza con el horror que le provoca la noticia, e incluso con una larga resis monológica en la que expone su total misoginia (616). Es de señalar que no hay cara a cara entre Fedra e Hipólito (en la primera sí), como tampoco lo hay entre Fedra y Teseo (cuando él llega ella ya está muerta). Después viene un interludio lírico (669-709). Comienza con la antístrofa lírica cantada por Fedra, que responde a la estrofa del Corifeo en el 362. No es muy normal que ambas estrofas estén tan separadas. El tema de esta parte es el reproche a la Nodriza por su traición, un personaje en clara relación con las casamenteras y que preludia al de Celestina. Monólogo de Fedra (710-730). Fedra decide morir, pero hay una cierta evolución en su pensamiento desde el v. 600 a éste: traicIónada, frustrada, rechazada y desdeñada, sólo le queda una salida, pero no se irá sola (727). Si antes quería recorrer sola ese camino ahora quiere quebrantar el orgulloso y arrogante triunfo del hombre que ha sido la causa de su ruina.
Estásimo 2º
(732-775) Coro.- El coro expresa el deseo de evadirse de los lugares en que acontecerán los desdichados acontecimientos. Hay también una evocación del abandono de Fedra de su casa paterna en pos de un destino funesto. La última antístrofa vaticina los siguientes sucesos.
Episodio 3º
(776-1101) Corifeo/(Nodriza)/Teseo/Hipólito.- Muerte de Fedra revelada por la Nodriza que se ubica dentro del palacio (ella está viendo el cadáver de Fedra colgando y pide ayuda para descolgarla. La puerta debe estar abierta). Teseo, que regresa de Delfos coronado con su séquito, entra en escena alarmado por los gritos y el Corifeo le informa de la muerte de Fedra (800). Las puertas se abren para dar paso al cadáver de Fedra (810). Hay un primer canto lírico de Teseo (con introducción del coro) en dos estrofas contrapuestas (817-851) donde expresa su intenso dolor por la muerte de su esposa y pregunta a los servidores las razones de ello. Al acabar su canto Teseo advierte una tablilla que pende de la mano de Fedra. Tras una intervención lírica del coro (para que Teseo lea la misiva), se produce la explosión de cólera de Teseo contra Hipólito, a quien Fedra acusa en su carta (885). Teseo maldice a Hipólito con uno de los tres deseos que le concedió su padre Poseidón (887). Había consumido ya dos (regresar de los infiernos cuando bajó por Perséfone, salir del laberinto), aunque el personaje duda aquí de la eficacia, como si fuera el primero (890). Eurípides habría cambiado aquí la tradición, para que Teseo no estuviera seguro de su eficacia y tuviera que añadir el exilio (895). Entra Hipólito (900) con sus amigos cazadores. Tiene lugar el agón entre Teseo e Hipólito. Teseo le acusa de haber violado su lecho y le condena al destierro. Teseo le responde en un discurso retórico, pero no puede revelar toda la verdad (1033, 1060, 1090) pues se lo juró a la nodriza (660). Durante toda esta discusión el cadáver de Fedra sigue en escena y ambos hacen alusión a ella. Sigue un acalorado diálogo entre ambos (1040).
Estásimo 3º
(1102-1150) Coro.- El coro lamenta el destino que se abate sobre muchacho tan puro.
Episodio 4º
(1151-1267) Corifeo/Teseo/Mensajero.- Un compañero de Hipólito se presenta en escena y narra de modo patético la muerte de éste. La maldición del padre ha alcanzado rápidamente al hombre. Un enorme toro surge del mar y espanta los caballos de Hipólito, que arrastran hacia la muerte a su dueño. El relato del mensajero adquiere en este caso una belleza extrema, quizá por tratarse de un compañero. Teseo se alegra.
Estásimo 4º
(1268-1282) Coro.- Nueva exaltación del poderío de Cipris y Eros.
Éxodo
(1282‑1466) Corifeo/Teseo/Ártemis/Hipólito.- Aparece en escena Artemis (primero cantando luego recitando) como deus ex machina. Recrimina a Teseo su comportamiento y le cuenta la verdad de lo sucedido, tanto con la Nodriza y con Fedra (1300), como con la maldición de Poseidón (1317). Al final consigue el perdón de la diosa. Hipólito aparece moribundo en escena (1345). Tiene lugar un diálogo con la diosa a un nivel más humano que religioso. La diosa anuncia la introducción de su culto. Finalmente, padre e hijo se reconcilian.
Estásimo
5º (1115‑1154) Coro.-
Éxodo
(1155‑1352) Mensajero/Eurídice/Creonte.-

Temas:
Hipólito conduce su carro mientras que una Erinis (personificación del la maldición de su padre) le sale al paso. Por debajo aparece un toro que causa el pánico en los caballos; un anciano intenta avisarle (Crátera apuliana, ca. 340 aC. Museo Británico, Londres)

Fedra y el antisocratismo.- Con Fedra Eurípides retoma el modelo de personaje ya representado con Alcestis y Medea. Aunque en Fedra el análisis racional produce un conocimiento que no se identifica, como sostiene Sócrates, con el bien, sino solamente con la dolorosa consciencia de no poder modificar la propia situación. La polémica antiretórica aparece cuando Fedra identifica la retórica con la ruina de la sociedad y cuando la nodriza acusa a Fedra de mitificar la realidad con la palabra. Afrodita versus Ártemis.- Es claro que Eurípides, siendo un hombre ilustrado e imbuido del espíritu sofístico, no creía en absoluto en ninguna de las divinidades tradicIónales. ¿Qué pintan entonces estas dos diosas?. Es posible que ambas sean símbolos tomados de la creencia popular que llevan rápida y directamente a la comprensión de las fuerzas básicas que mueven el drama. El público ático las comprendió y el creyente acaso las tomara por reales .