Bulbosas - WEB_BIOCON

Las plantas bulbosas poseen órganos subterráneos cuyo fin es almacenar grandes reservas de energía en las estructuras denominadas bulbos. Esas especies eluden las épocas desfavorables para su desarrollo perdiendo la parte aérea y permaneciendo en reposo. Cuando las condiciones son favorables vuelven a formar su parte aérea. En las regiones del mundo con clima mediterráneo, como la zona en la que nos encontramos, las plantas bulbosas son abundantes. Esto se debe a que los inviernos suelen ser fríos y húmedos y los veranos muy cálidos y casi carentes de precipitación, una característica única de este clima que condiciona las adaptaciones de diversos grupos de especies. En las zonas circundantes a la explotación podemos observar que en el matorral de yeso es muy abundante el endemismo Narcissus tortifolius, o la venenosa Urginea maritima (cebolla albarrana), ubicadas en otra zona del jardín. Aquí podemos encontrar otras cuatro especies: Dipcadi serotinum, Gladiolus illyricus, Gynandriris sisyrinchium y Lapiedra martinezii. Estas seis plantas pertenecen al gran grupo de las monocotiledóneas, un conjunto muy presente de manera natural cubriendo espacios (nichos ecológicos) en el entorno que otras especies no son capaces de ocupar.